jueves, 28 de agosto de 2008

videos gratis de jovencitas

No insistí y me dirigí a la cocina. Para ese momento tenía una erección que me estallaba a través del corto pantalón de deporte. Mientras caía el agua en el cubo, empecé a tocarme en la soledad de la cocina, incluso llegué a sacarme la pija del pantalón y masturbarme como dos o tres segundos, pensando en la mujer que se encontraba en la entrada de mi casa. Ahora me río cuando digo la soledad de la cocina.

Cuando el cubo se llenó de agua y lo retiré del lavabo, ví que Teresa estaba en la puerta de la cocina. Me quise morir. Qué verguenza más grande. ¿Me habría visto? ¿Se lo diría a mis padres? Todo el nerviosismo de un principio se multiplicó por mil. No sabía qué decir. No sabía que hacer.

No hay comentarios: