jueves, 28 de agosto de 2008

japonesas tetonas

-Hola buenos días, podrías llenarme el cubo con agua.

Como ya comenté antes, vivía en la primera planta, y en cada planta había dos viviendas. Esta señora tenía por costumbre pedir el agua a mis vecinos de enfrente, pero este mes de julio estaban de vacaciones en otra ciudad, y logicamente no había nadie en esa casa. De ahí que Teresa fuera a mi casa a solicitar que le llenaran el cubo con agua para su tarea.

Nunca me había fijado en esa mujer como marco de mis fantasías, y la verdad era que en aquel momento tampoco me pasó por la imaginación nada que me hiciera pensar en un ratito con Teresa. Sin ningún comentario más, cogí el cubo y a los dos minutos me encontraba de nuevo en la puerta con el agua en su interior.

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